La toxina botulínica (BOTOX) produce un relajamiento de los músculos tratados, provocando una disminución de las arrugas de movimiento y re posicionando los tejidos de la cara.

 El botox se utiliza para realzar su aspecto y no toma el lugar de las cirugías plásticas faciales tales como lifting facial, blefaroplastia y otros, sino que se utiliza, como complemento de estos procederes. Puede ser necesario entre 3 a 4 sesiones al año para mantener el aspecto que ha alcanzado con la toxina.

 La toxina es eficaz para las arrugas de movimiento (frente, patas de gallo, ceño, nariz, cuello, tórax anterior, área peribucal). Las áreas a mejorar con botox y la cantidad de unidades a inyectar, serán precisadas por el doctor, durante su consulta.